Me gustaría describir lo que refleja un problema profundo en cómo la sociedad ha empezado a valorar el éxito, especialmente en un deporte como el golf. donde el objetivo debería ser más personal y centrado en el desarrollo individual. Es difícil ver cómo, desde jóvenes, los niños son impulsados a competir no solo para ganar, sino para que los demás pierdan (que vergüenza), lo que promueve una mentalidad de “yo contra el mundo” en lugar de “yo contra mí mismo”.
Es natural que sientas una desconexión entre tu pasión por el golf y lo que observo en mi circuito. El golf, en su esencia, es un deporte que invita a la introspección y a la mejora constante, donde el verdadero rival es uno mismo. La victoria sobre otros no debería ser el fin último, sino más bien una consecuencia natural de un proceso de superación personal.
Este fenómeno de querer que nuestro hijos no solo sean los mejores, sino que los demás fracasen, es una manifestación de una sociedad hipercompetitiva, donde el éxito se mide en término relativos, comparándose constantemente con los demás. Esto puede ser dañino tanto para los jóvenes como para el espíritu del deporte en general.
Quizás, en mi rol de “organizador del Circuito Júnior & Baby Cup”, podría buscar maneras de fomentar un enfoque más equilibrado. Algunas ideas podrían ser:
- Cambiar la narrativa del éxito: Recompensar y reconocer no solo a los ganadores, sino a quienes muestran mayor mejora, esfuerzo o superación personal. Crear premios o menciones especiales para estos aspectos.
- 2. Fomentar el juego limpio y compañerismo: Promover actividades o dinámicas en las que los jóvenes trabajen en equipo o se ayuden mutuamente, enseñándoles que el verdadero valor del deporte también está en cómo tratamos a los demás.
- Talleres o charlas sobre la mentalidad de crecimiento: Involucrar a entrenadores, padre y jóvenes en conversaciones sobre la importancia de la automejora, la resiliencia y la satisfacción personal más allá de los trofeos y las victorias.
- Reflexión post-competición: Después de cada torneo, incluir un espacio de reflexión donde los participantes puedan hablar de lo que aprendieron sobre sí mismos, en lugar de enfocarse únicamente en los resultados
¿Te gustaría explorar algunas ideas para implementar estos cambios ?
Después de muchos años organizando el circuito júnior & Baby Cup, de fundar EPG Project Golf Academy, con presencia en La Roca Golf, Reus Aigüesverds y Golf La Garriga, ser Presidente del Comité Juvenil de la Federació Catalana de Golf, además de hacerme cargo del programa PAR (Alto Rendimiento) en Can Cuyàs Golf en sus mejores años, he tenido la oportunidad de trabajar codo a codo con clubes de golf, técnicos de máximo nivel y organizadores espectaculares.
A lo largo de este camino, he visto diferentes tipos de padres: aquellos que comprenden la esencia de este deporte y aquellos cuyo único interés es la victoria de sus hijos.
Incluso, durante la pandemia, tomé el curso de árbitro de golf, aunque no logré superarlo porque no estudié lo suficiente. Sin embargo, todo esto me ha dado una perspectiva amplia y profunda sobre el verdadero significado del golf. Para mí, siempre ha sido un deporte que va más allá de los resultados; se trata de superarse a uno mismo, de aprender con cada golpe, y de disfrutar del proceso.
Es triste ver cómo, a veces, se distorsiona ese mensaje en la búsqueda de resultados inmediatos. Pero sigo creyendo firmemente que podemos devolver al golf su esencia, una en la que la mejora personal es lo que realmente importa, y no solo ganar a los demás.
Además, a lo largo de estos años, he observado una creciente presión sobre los jóvenes golfistas. La sociedad parece valorar más la comparación constante y la victoria a cualquier costo, olvidando que el verdadero desafío está en la superación individual. He visto jóvenes talentos perder la pasión por el juego, agotados por la necesidad de ser “mejores que los otros” en lugar de “mejores que ayer”. Este enfoque competitivo a menudo viene acompañado de una mentalidad que celebra no solo el triunfo propio, sino el fracaso ajeno.
Como organizador y formador, siento la responsabilidad de ayudar a estos jóvenes a encontrar el verdadero propósito en el golf. Más allá de los trofeos y las medallas, es un deporte que enseña valores como la resiliencia, el esfuerzo personal y el respeto, tanto por el juego como por los demás jugadores. Confío en que si seguimos reforzando esta mentalidad, podemos cambiar la forma en que las futuras generaciones perciben el éxito en el golf y, más importante aún, en la vida.
Únicamente me gustaría que si estás de acuerdo con mi opinión, compartas este mensaje.
Un abrazo amigos!!!
MANEL BELTRAN I SOLA